Ocho cualidades de las personas resilientes

La resiliencia se define como la capacidad de los seres humanos para superar períodos de dolor emocional y situaciones adversas, saliendo fortalecido de ellas

1 Febrero de 2022 - 07:28

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La resiliencia es un concepto que ocupa las primeras posiciones en psicología positiva y es un valor en alza en los nuevos planteamientos y terapias psicológicas. Los diferentes medios de información, comunicación y divulgación también se hacen eco de este concepto: “Tenemos que ser resilientes”… pero ¿esto qué significa? ¿cómo hago para ser más resiliente?

Boris Cyrulnik, neurólogo, psiquiatra, psicoanalista y etólogo francés, divulgó este concepto que extrajo de los escritos de John Bowlby, autor que describió la conocida teoría del apego en edades tempranas.

Tenemos que remontarnos a la obra de John Bowlby para encontrar las primeras referencias al término de resiliencia, que se definiría como la capacidad de los seres humanos para superar períodos de dolor emocional y situaciones adversas, saliendo fortalecido de ellas.

Todas las personas tenemos la capacidad de sobreponernos a un estímulo adverso, pero el uso decidido y firme de esta capacidad es lo que nos hace realmente resilientes.

¿Aprender de una dificultad que sentís que no merecés? ¿Usar el humor cuando algo no sale bien? ¿Sacar lo positivo de cualquier situación?… No es fácil actuar de este modo en todas las situaciones, pero ¿se puede aprender a hacerlo? La respuesta es que sí, pero cada persona lo hace a su ritmo y con su estilo personal.

 

Atributos de la persona resiliente

1. El autoconocimiento y la autoestima: es un arma muy poderosa y las personas resilientes saben usarla a su favor. Saber cuáles son nuestras principales fortalezas y habilidades, así como las limitaciones y debilidades, poder trazar metas más objetivas y realistas e identificar los aspectos en los que podemos mejorar es un camino directo a fortalecer nuestra autoestima y autoconfianza.

Además de conocerse, una persona resiliente reconoce la importancia del trabajo en equipo y sabe pedir ayuda cuando lo necesita.

El autoconocimiento nos permite mejorar la capacidad de reconocer y expresar las emociones. Sobre todo en momentos en que estemos sufriendo, esta es una buena forma de afrontar situaciones dolorosas.

También nos permite identificar emociones de rabia o enfado que nos estén haciendo comportarnos de una forma poco saludable.

Se observa que a mayor actividad cognitiva y a mayor capacidad intelectual aumenta la resiliencia, no sólo emocional, sino de las neuronas y la parte más biológica de afrontamiento del estrés. 2. La empatía: es la capacidad de entender al otro y ponernos en su lugar, comprender sus sentimientos, a través de comprender los propios. Es un hábito resiliente, que nos permite por ejemplo, separar pensamiento de acción, cuando nos sentimos enfadados con alguien querido.

Cuando tenemos empatía, el flujo de dar y recibir afecto en las relaciones con los demás es mayor, lo que incrementa nuestra red social de apoyo. Un punto muy importante para ser una persona resiliente. 3. La autonomía: la creencia de que uno puede influir en lo que sucede a su alrededor, perdiendo el temor a que las cosas suceden por injusticia o causas ajenas a nuestro control. Esto va a hacer más fuerte a nuestra autoestima y nos va a movilizar hacia la resolución de conflictos que de otra forma se cronificarían en el tiempo. 4. El afrontamiento de la adversidad: afrontar la adversidad con humor es propio de personas resilientes. Ser capaces de reírnos de la adversidad y sacar una broma de las situaciones difíciles nos ayuda a superarlas y mantenernos fuertes y optimistas ante la incertidumbre. 

Esto no quiere decir que en mitad de un funeral tengamos que usar el humor de forma obligada, sino que una vez esa situación dolorosa ha pasado seamos capaces de recordar a esa persona en momentos divertidos, que busquemos ratos felices que pasamos con él o ella o incluso nos acordemos de algo gracioso que solía decir o hacer. 5. Conciencia del presente y optimismo: las personas más resilientes tienen el hábito de vivir en el aquí y ahora, el presente, sin que las culpas del ayer o la incertidumbre del futuro le enturbie el momento que están experimentando.

La conciencia del presente, puede resultar complicado con los ritmos de vida actuales, pero hay formas de entrenar esta conciencia del momento presente, como el mindfulness. 6. Flexibilidad combinada con perseverancia

La existencia de un propósito significativo en la vida es otra de las características de una persona resiliente. Esta meta les da la fuerza interior para responsabilizarse de perseguirla, con flexibilidad y sin obstinación.

El hecho de que las personas resilientes sean flexibles no implica que renuncien a sus metas, al contrario, si algo las distingue es su capacidad de lucha, pero cuando esta deja de tener un sentido, pueden cambiar el rumbo sin necesidad de sentirse mal por haber abandonado su objetivo inicial. 7. Sociabilidad en las personas resilientes: las personas con resiliencia saben cultivar y valorar sus amistades.

Generalmente se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida. De esta forma, logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más difíciles. 8. Tolerancia a la frustración y a la incertidumbre: una de las principales fuentes de tensiones y estrés es el deseo de querer controlar todos los aspectos de nuestra vida, porque solemos tolerar mal la incertidumbre. 

Una forma de ganar seguridad en nosotros mismos y vivir con menos tensión emocional es precisamente, aprendiendo a lidiar con la incertidumbre, para que nos cause el menor malestar posible. 

Fuente: https://www.areahumana.es/resiliencia/