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Boca ganó a lo Boca y desnudó los problemas de River

Con gol de Darío Benedetto, los Xeneizes se quedaron con un nuevo Superclásico del fútbol de Argentina

11 de septiembre, 2022 - 22:02

Boca lo ganó a lo Boca en una nueva versión del Superclásico. Con un cabezazo de Darío Benedetto, superó 1 a 0 a River y quedó a dos puntos del conjunto tucumano. De esta manera, se metió en la pelea por el título.

Boca y River volvieron a disputar un Superclásico áspero y duro. En la previa, hubo un clima de fiesta en la Bombonera con más 55 mil espectadores, después de tres años de jugar sin público, con cánticos, papelitos y un recibimiento especial con globos azules y amarillos, fuegos artificiales y una bandera que ocupaba prácticamente todo el largo del campo de juego con la frase “el único grande”.

Cuando el árbitro Darío Herrera pitó el inicio del encuentro, Marcelo Gallardo volvió a dar la sorpresa. Formó una línea de cinco defensores con Mammana- Diaz- Pinola como centrales, más Herrera - Casco por los laterales. En tanto, la mitad de cancha estuvo integrada por Pérez, De La Cruz y Quintero. Arriba, se pararon Suarez y Solar, sin tener un centrodelantero de referencia. Boca, por su parte, se paró con cuatro defensores, cuatro mediocampistas, y con Benedetto y Langoni como delanteros. El pibe de 22 años tuvo un rendimiento aceptable por ser su primer superclásico, con mucha participación y siempre pidiendo la pelota.    

Desde el inicio, el local salió decidido a adueñarse del juego. Arrancó siendo el protagonista, ya que se paró en campo rival y apeló al buen manejo de la pelota de Ramírez y Pol Fernandez. Además, generó una presión constante con Langoni y el Pipa para evitar la salida con pelota de la defensa rival.


 

 

No obstante, River se abroqueló en su campo con el 5-3-2 y no podía cruzar la mitad de cancha. Hasta qué a los 7 minutos tuvo la primera situación clara de gol, producto de un tiro de esquina ejecutado por Quintero y un cabezazo de Mammana en el primer palo que obligó a Rossi a sacar el balón sobre la línea del arco. 

El Xeneize inquietó con pelotazos cruzados, de pelota parada, con la gambeta de Langoni o con un astuto Ramírez. En general, fue quien manejó los lineamientos del duelo y con mucha actitud ante un River incómodo, más allá de la amenaza de sus atacantes que quedaban mano a mano con Figal y Rojo.

En el aspecto futbolístico, el conjunto de Ibarra fue el que más tiempo manejó la pelota a través de la movilidad de Ramírez y de Payero por derecha. Es más, el ex mediocampista de San Lorenzo tuvo dos oportunidades para abrir el marcador. En la primera, ejecutó débil a las manos de Armani, y en la segunda, le pegó mordido y no llegó a rematar bien.

En los 45´iniciales, River no llegó a implementar su plan de juego ni mostró la actitud necesaria para jugar un superclásico. Muy tibio a la hora de ir a disputar la pelota, mientras que el local jugó siempre con el cuchillo entre los dientes.

El equipo de Núñez dependía mucho de las pelotas paradas de Quintero. El 5-3-2 inicial no le sentó bien, ya que le quitó mediocampistas para la recuperación rápida de la pelota y careció de elaboración de juego desde la defensa hacia adelante. Además, no contaba con un centro de delantero de referencia, ya que ni Suarez ni Solari ocupaban esa posición. En ningún momento River pudo aprovechar las proyecciones de los laterales Herrera y Casco por la presión que le generó Boca.

 

 

 

 

 

En el entretiempo, Gallardo metió mano en el equipo e hizo tres cambios: Miguel Borja por Solari, Exequiel Barco en lugar de Quintero y Rodrigo Aliendro por Herrera. De esta manera, modificó el esquema táctico. Dejó el 5-3-2 para pasar al 4-4-2 con Diaz como lateral por derecha, y Suarez y el colombiano como delanteros. Pero los cambios no surtieron efectos, ya que los que ingresaron lo hicieron con mucha apatía y nunca se metieron en partido.

En el complemento, la postura de Boca no cambió. Con mucha actitud, pero sin ideas futbolísticas, fue a buscar el triunfo y lo tuvo a través de Pol Fernandez que remató de volea en la puerta de la medialuna y provocó que Armani vuele hacia su palo derecho para mandar la pelota al córner.

De ese tiro de esquina, en el mejor momento xeneize, Benedetto cabeceó sólo para abrir el marcador y dejar sin reacción a Armani. A esta altura, el local merecía estar en ventaja porque siempre tuvo la intención de ir a buscar el primero. Una vez en ventaja, Ibarra tuvo la intención de cerrar el partido y mandó al verde césped a Carlos Zambrano por Payero, para colocar una línea de cinco defensores. A su vez, Gallardo hizo ingresar a Beltrán en lugar de Suarez, de flojo rendimiento.

El epílogo, con siete minutos de descuento, sólo ofreció la expulsión (acertada) de Marcos Rojo. Y el centro al ras de Palavecino que Rossi atenazó sin problemas.

En ningún momento River supo cómo plantarse en el campo de juego del Alberto J. Armando para jugar el superclásico. La visita careció de actitud, no acertó el entrenador con el plan inicial ni tampoco los cambios surtieron efecto.

En cambio, Boca fue superior desde lo actitudinal, sabiendo que algunas veces no es necesario jugar bien, sino que alcanza con disputar cada pelota con el cuchillo entre los dientes para ganar los partidos.

No fue un buen partido futbolístico. Terminó siendo áspero, friccionado, trabado, pero Boca lo ganó a lo Boca y desnudó los problemas de River.

 

 

 

 

 

Síntesis 

Boca (1): Agustín Rossi; Luis Advíncula, Nicolas Figal, Marcos Rojo ©, Frank Fabra; Martin Payero, Pol Fernandez, Alan Varela, Juan Ramírez; Luca Langoni y Sebastián Villa. DT: Hugo Ibarra.

River (0): Franco Armani; Darío Herrera, Emanuel Mammana, Paulo Diaz, Javier Pinola ©, Milton Casco; Enzo Pérez, Nicolas De La Cruz, Juan Quintero; Matías Suarez y Pablo Solari. DT: Marcelo Gallardo.

Árbitro: Darío Herrera

Goles: 65´ Benedetto (BO)

Estadio: Alberto J. Armando