|22/06/22 09:43 PM

22 de junio de 1986: el día que le vimos la cara a Dios

Hace 36 años, Diego Armando Maradona arreó ingleses y convirtió el segundo tanto de aquel célebre 2 a 1

22 de junio, 2022 - 21:43

"Y el 10 giró como trompo, tras recibir el inofensivo pase del Héctor Enrique. En el contacto directo se encendió la vela de Fiorito, el foquito de la mesita en Paternal, las luminarias de los grandes estadios, la cola incandescente del Cometa Azul. Y se hizo la luz.

El genio en llamas, con un balón que quema en pies rivales pero que responde a su fuego sagrado. 

Y fue el agua y el aceite hirviendo para sacarlos del Virreinato y fue el Soldado estaqueado que lo llevaron a pelear en el Sur por su bandera Y fue el Caudillo Federal en la Vuelta de Obligado. 

Y se fue, se fue, se fue a la mierda, ante tanto Shit ajeno. 

En 52 metros, fue Delfo Cabrera en Londres y en 11 segundos, el frontman argentino que peló el mejor solo de viola de la historia, el de un Rocanrol criollo, justo ante los creadores del Rock. 

Y fue sangre, sudor, lágrimas, belleza y golazo justo ante los inventores del fútbol. 

El Cometa Azul en su mayor exposición, a cielo abierto en el Azteca. El 22 de junio de 1986, a las 16.09 del hemisferio Sur. Día y hora que le vimos la cara a D10s.”

Fue llamado el Gol del Siglo. Fue acaso la mayor obra de arte del birlador de Fiorito. El paladín de la astucia que clavó un gol con patente de potrero. Pero no fue una fantasía, ni un sueño. Fue de posta y aconteció el 22 de junio de 1986 en el Estadio Azteca de México, durante el partido de cuartos de final del Mundial contra Inglaterra y lo convirtió Diego Armando Maradona.

Para El Diez, no era un partido más, claro está. Estaba fresco el recuerdo de la guerra de las Malvinas de 1982. “Yo en Fiorito soñaba con algún día hacer un gol así en la canchita, con el Estrella Roja, y lo hice en un Mundial, pero para mí país y en una final”, lo evocaba en su biografía “Yo soy el Diego”.

Con la guerra de Malvinas aun latente en la sensibilidad popular, ante Inglaterra y en un partido cerrado, ese tanto era el 2 a 0 de un partido que terminaría 2 a 1 y con la eliminación de los ingleses del mundial. No era uno más, claramente. 

Quedó también en la historia el relato de Víctor Hugo Morales, que, maravillado por la jugada solo atina a repetir: ‘¡¡¡genio, genio, genio!!!’.  “Barrilete cósmico”, “¿de qué planeta viniste?” atinó a decir el relator uruguayo, sin poder explicar lo que ningún testigo en el estadio o en por televisión terminó de entender. 

“El segundo fue, como dije, el gol que uno sueña de pibito. Fue… no sé, cuando yo vuelvo a verlo, me parece mentira haberlo logrado, en serio. No porque lo haya hecho yo, pero te parece que no se puede hacer un gol así, que lo podrás soñar pero nunca lo vas a concretar - continúa el relato en su libro Maradona- Ya es un mito, ahora, y por eso se han inventado muchas cosas, como que yo pensé en un consejo de mi hermano, en el momento… No, en el momento, no, pero después sí me di cuenta, algo me habrá venido a la cabeza, porque definí como mi hermano Turco me había dicho: el 13 de mayo del 81, en Wembley, yo había hecho una jugada muy parecida y definí tocándola a un costado cuando me salió el arquero. La pelota se fue afuera por esto, por nada, cuando yo ya estaba gritando el gol. El Turco me llamó por teléfono y me dijo: “¡Boludo!, no tendrías que haber tocado… Le hubieras amagado, si ya estaba tirado el arquero”. Y yo le contesté: “¡Hijo de puta! Vos porque lo estabas mirando por televisión”. Pero él me mató: “No, Pelu, si vos le amagabas, enganchabas para afuera y definías con derecha, ¿entendés?”. ¡Siete años tenía el pendejo! Bueno, la cosa es que esa vez definí como mi hermano quería”, explicaba el Diego.

No puede obviarse que antes se produjo la “Mano de Dios”. Diego admitió muchos años más tarde, en su programa, La noche del Diez, que lo había hecho con la mano. Es cierto que si ese gol lo hubieran hecho los “Piratas”, hasta el día de hoy nos estaríamos quejando por un afano. Pero aquel segundo tanto, por ser calidad mereció valer el doble.
 

Un Mendocino en el Azteca

Piero Pérez Prolongo fue testigo del mejor gol de los mundiales y así lo recuerda. “Yo había conocido a Maradona y a Barbas en la gira que hizo la Selección en 1979 por Europa. Luego de un partido con Irlanda, Diego tuvo la amabilidad de prestarse para la foto junto a mi hijo. En el marco de esa gira estuve presente en el partido que Maradona jugó contra los ingleses en el viejo estadio de Wembley. Allí él hace la famosa jugada, que no fue tan larga pero parecida a la del segundo gol en México contra el mismo rival. Y que motivó el comentario de su hermano Turco, de que tendría que haber gambeteado al arquero". 

Y agrega: "En 1986 yo vivía en California, estaba recién separado y lo invité a mi hijo que acababa de graduarse a ver los partidos de Argentina en el Mundial. El partido contra Inglaterra me tocó verlo desde la tercera bandeja, porque mi hijo me había avisado que iba a llegar más tarde así que le había dado mi entrada y yo fui a otro sector". 

"Cuando Maradona empieza la jugada, nadie intuía lo que iba a pasar. Fue tan rápida que me fui levantando levemente del asiento. Tres muchachos bolivianos que habían venido de San Francisco a ver el partido que hicieron lo mismo. Cuando Diego convirtió, me abracé con ellos y gritamos hasta quedar roncos. El primer gol pude comprobar que fue con la mano cuando vi después la grabación que me había hecho llegar un amigo de Los Angeles", amplió.

Finalmente, comentó que otra linda anécdota pero respecto al segundo gol de Maradona ante Bélgica. "Yo estaba en la fila 10 y cuando el Diego pasó a festejando cerca de mi sector salí corriendo para gritarlo con él. Lo hice con tanta fuerza que me quedé sin voz. Te cuento esto y se me eriza la piel por esos momentos que son imborrables para mí".