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Nunca lo den por muerto

05 de abril, 2019 - 11:50

“A River nunca se lo puede dar por muerto” declaró en su momento Javier Saviola, en la previa a la Supercopa Argentina entre River y Boca en el Malvinas Argentina con triunfo del Millonario por 2 a 0.

Por su parte, el máximo ídolo de la institución, Norberto Alonso, antes de las semifinales de la Copa Sudamericana 2015 frente a su eterno rival, sostuvo: "No dejes nunca a un grande vivo, podes esperar cualquier cosa. Si dejas despierto al león, te puede comer en cualquier momento”. Finalmente, la serie quedo en manos del conjunto de Núñez. En ambos partidos, el técnico era Marcelo Gallardo.

El miércoles pasado pasó lo mismo en Brasil. El Millonario nunca se dio por vencido, a pesar de estar perdiendo 2 a 0. Y se levantó. No bajó los brazos y quedó demostrado en la noche de Porto Alegre, ante el Inter, cuando lo terminó empatando para traerse un punto con sabor a victoria. Pero ¿Cuál es la virtud que tiene para hacerse fuerte en los momentos adversos?.

Este plantel tiene una virtud que no se observó en otros tiempos en River: no se da por vencido ni aún vencido. No se entrega nunca. Busca ser intenso hasta en el último suspiro. Saca de adentro esa forma espiritual para revertir una situación que se le hace irreversible a otros clubes. Y mucho tiene que ver con cómo es Marcelo Gallardo, el mensaje que le baja a sus jugadores y la fuerza mental que tiene el equipo para sobrevivir a determinadas situaciones.

Ante la adversidad del público visitante y con el resultado negativo, mantuvo la cabeza intacta. Anímicamente, se mostró muy fuerte y caído en el suelo, se levantó y fue por el empate.

Otra vez, el factor cerebral de Gallardo le da buenos resultados. Hizo una muy buena lectura del primer tiempo. Pegó el volantazo ante el flojo rendimiento.

La influencia del director técnico vuelve a ser vital y demuestra que está iluminado. Revivió a un equipo que estaba tirado en el suelo a punto de morir.

Por ejemplo, en el entretiempo el Muñeco realizó dos variantes juntas para salir al campo de juego: Camilo Mayada entró por Lucas Martínez Quarta y Nicolas De la Cruz por Cristian Ferreira. Pero la modificación no fue sólo de nombres sino también de esquema. Pasó a jugar con tres defensores (Montiel, Zuculini y Pinola) y mandó a los laterales (Mayada y Angileri) al medio.

De la Cruz puso el 2 a 2 final con un exquisito tiro libre. Esto se debe a la buena pegada del uruguayo, pero también a la confianza que le dio el entrenador para ingresar, siendo uno de los futbolistas más cuestionados del plantel. Y expulsado, el sábado pasado por la Superliga ante Talleres en Córdoba.

Levantar un 0-2 de visitante contra un rival duro, que juega bien y no pierde en su cancha desde mayo de 2011, es un mérito enorme.

River mantiene el mismo sello del equipo campeón de la Libertadores 2018: siendo superado en el resultado, como pasó, por ejemplo, en tres ocasiones frente a Boca en las finales de la Copa, no se va del partido, se hace fuerte desde lo mental y lucha contra viento y marea para ir en busca de todo. Eso habla de un convencimiento, de una idea compartida y de un espíritu combativo que no se refleja en otros equipos del fútbol argentino, y hasta te diría, de Sudamérica.

Claramente, se observó un equipo que tiene recambio a pesar de las bajas por lesiones (Scocco, Casco, Quintero, Armani y Palacios) y con Ponzio en el banco de suplentes. Nunca va a claudicar ante la adversidad, siempre va a empujar para adelante y no se resiente a la estructura de juego.

El equipo de Gallardo sacó a relucir todo su temple para levantarse ante la caída, igualar el marcador y dominar el juego para merecer un triunfo que pudo haber logrado. La historia reciente marca que es riesgoso darlo por muerto antes de tiempo