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Atlético Palmira: recuperar la pasión

01 de febrero, 2019 - 16:41

Fundado un 31 de enero, en 1912,  la historia del Club Atlético Palmira comenzó a escribirse y a hacerse conocida en cada rincón de la provincia, siendo por entonces el segundo club (futbolístico) más antiguo de Mendoza (Gimnasia y Esgrima en 1908 fue el Decano).

Este 107º aniversario no es muy diferente a otros anteriores, por la simple razón de que nuevamente, busca renacer de entre sus tantas crisis y volver a sus pasiones muchas veces, incomprendidas.

“Nuestra mayor gloria no está en no caer jamás, sino en levantarnos cada vez que caemos”.

Una institución, que como todas, no es ajena a los avatares de la comunidad que la rodea y forma parte de vida diaria, que durante más de un siglo ha girado en torno a su sufrido pueblo, el mismo al que algún trasnochado le quitó la ilusión y el sueño, le negó su historia y le quitó hasta el último tren, dejando miles y miles de manos sin trabajo y literalmente en la vía.

Palmira, es un pueblo (y un club) que ha luchado por sus ideales históricos, que defiende su idiosincrasia y que se diferencia de aquellos pueblos (y clubes) que sí han olvidados sus raíces. 

Palmira es distinto, su gente es distinta, su pensamiento, su historia y su club, obviamente, son distintos a pesar de muchos –gobernantes de todos los colores- que nunca han podido cambiarlos ni al pueblo, ni al club; aunque eso sí, muchas veces nos han olvidado.

El club, a lo largo de los años ha sido un fiel reflejo de las cosas (buenas y malas) que le ha pasado a su pueblo, y que muchas veces se hizo cargo a cambio de un gol, de dibujar al menos una sonrisa en el rostro entristecido de un pueblo que supo ser grande, pero le quitaron la ilusión y los sueños; sin embargo, siguió el andar de su historia, se volvió a levantar y volvió a caer y seguramente volverá a levantarse. 

El club se forjó con poco, casi sin nada material, solo la pasión y el orgullo de ser un pueblo obrero, ferroviario y pujante, que desde la estación se llenaba a cada instante de la ilusión de muchos, porque los corazones se fueron afincando y la sangre se empezó a teñir de amarillo y negro. 

Una ilusión que en 1930, forjó una interminable fiesta, llenó vagones e infló corazones; sin embargo, esos héroes ni pensaban que la desidia de algunos pocos, lo hiciera descarrilar tantas veces y tantas veces otros, lo encarrilaran.

De nada vale recordar las gestas deportivas –en todas las disciplinas- si no se plantea que hacer con la institución que otrora, representaba a todo un pueblo, pero que hoy deambula por caminos difíciles que lo pusieron unos pocos egoístas y ególatras incapaces que buscaron intereses personalistas y un malvado poder que terminó con una institución que siempre se caracterizó por darle una mano a quien estaba al lado. 

Ellos pretendieron cambiar esa historia, pero sólo lograron quedarse en soledad. Simplemente porque unos pocos (¡Sí unos pocos!) le ponen el pecho a las circunstancias y tratan de que el club vuelva a aquellos años, no de grandes éxitos, sino de mucha pasión.

El Club Atlético Palmira cumplió 107 años, ha renovado la Comisión Directiva, está regularizado en el aspecto legal y saneado en lo económico, se apresta a comenzar esta nueva etapa buscando mejorar las instalaciones, trabajar en cambiar la imagen del club y recuperar la masa societaria y la participación del pueblo en sus actividades.

Hoy el Jarillero brinda actividades deportivas (fútbol, fútbol femenino, box, hockey sobre patines, patinaje artístico, atletismo, futsal, gimnasio de aparatos, natación, padel) y sociales (danzas rítmicas, zumba, restaurante, actividades a jubilados, etcétera), y está plena construcción de una cancha exclusiva para las divisiones inferiores, recuperación de los salones de fiestas y  cumple con éxito con temporada de pileta.

Este aniversario, no es muy diferente a los otros, porque el club transita por épocas difíciles en su entorno social y económico, pero siempre con la esperanza de volver a ser aquel por el cual cada “palmirense” se golpee el pecho y se convierta en jarillero, queremos volver a derramar una lágrima en cada derrota, PERO TAMBIÉN QUE SE NOS DIBUJE UNA SONRISA ANTE CADA TRIUNFO; en fin, queremos volver a sentir LATIDOS DE PASIÓN…

 

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