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Guillermo Palumbo: “El deporte me abrió el corazón y la mente”

Guillermo Palumbo tiene síndrome de Down y con solo 33 años es un claro ejemplo de igualdad en esta sociedad. Su vida, sus logros, su trabajo, todo en esta entrevista...

01 de noviembre, 2019 - 16:57

La entrevista daba vueltas en la cabeza de quien esto escribe desde hace un tiempo largo. La cercanía con personas en común nos hizo reunirnos un miércoles por la tarde, mientras el sol pegaba con mediana intensidad y una música amena sonaba de fondo. El lugar era el mismísimo trabajo del entrevistado, con quien juntos decidimos sentarnos en unas cómodas sillas que circundaban una mesa. 

Allí comenzó una charla sin desperdicios, en la que Guillermo Palumbo cuenta su vida, la cual estaba signada por muchos actividades deportivas.

Con 33 años y síndrome de Down, Guille rompe las barreras imaginarias de una sociedad por momentos arcaica y demuestra en cada palabra que la inclusión no solo es posible, sino también necesaria.

“Mi mamá Claudia, mi papá Guillermo y mi hermana Macarena siempre estuvieron al lado mío, apoyándome; por eso los amo. En 2017, en España, salimos campeones del mundo con Los Pumpas XV y fue una emoción muy grande. No me olvido más de ese momento, en el que también me acompañó el Marce Goldman, quien me apoyó en todo momento. Por eso nos abrazamos muy fuerte cuando terminó el partido”, comienza en su emotivo relato.

Hoy juego en Los Cuyis, acá en Mendoza, y soy el capitán. ¡Ojo! Hace 12 años que juego al rugby, un deporte que me permitió crecer, hacer muchos amigos y relacionarme con la gente; por eso pienso seguir jugando unos años más, hasta los 40 más precisamente”, agregó Guille,

A la hora de hablar sobre su vida, el entrevistado cuenta cómo es un día de su semana. “Me levanto todos los días a las 6.30, muy temprano, y no paro. De lunes a viernes voy al instituto a la mañana, vuelvo a mi casa y después de almorzar hago otras actividades, como por ejemplo ir al gimnasio, pero ahora le agregué trote y bicicleta algunos días a la semana. Por las tardes me vengo al trabajo y después vuelvo a mi casa a descansar, porque quedo agotado”, detalla.

Antes jugaba mucho al golf y era muy bueno, pero lo dejé un poco de lado y me dediqué al kick boxing con el profe Diego, que me ayuda mucho. Yo soy muy responsable y muy bueno con los movimientos, pero es un deporte un poco violento y hay que ser responsable. Yo siempre tuve pasión por el deporte, el que me abrió el corazón y la mente, fue fundamental para mí y la gente que me conoce. Además me dio mucho coraje en la vida. Yo soy una persona muy feliz”, sentenció.

La entrevista llegó a su fin y con Guille nos damos un afectuoso abrazo. Él siguió con sus ocupaciones y yo con las mías. Pero a los pocos minutos apareció un mensaje en el teléfono. Era él y el texto decía: “Gracias por todo”

Pero la gratitud es de quien escribe, y no solo por la entrevista, sino mucho más porque Guille nos demostró una vez más que somos todos iguales.

Su trabajo, que asume de manera muy responsable

Más allá de las distintas actividades físicas que realiza, Guille también tiene su propio trabajo. De lunes a viernes, de 17 a 21, y los sábados de 9 a 13, cumple funciones en el concesionario de motos Ducati, que es propiedad de la familia Yacopini.

Aquí limpio los cascos, las motos y también hago algunas tareas administrativas. Para mí es muy importante porque me gano mi sueldo y me lo gasto en mis cosas”, puntualiza Guille, quien es saludado por cada uno de los que llegan al lugar con sus motos.

“Yo soy muy agradecido del Chino y su familia. Los amo por todo lo que me ayudaron. Yo soy el único chico down que tiene un trabajo como este en Mendoza, y por eso siempre lo hago de la mejor manera. Adrián es como un papá para mí, pero el segundo papá, porque si no Guillermo se va a enojar”, expresa entre risas y con mucha picardía.

Apenas terminó la entrevista, Guille se dirigió hacia el taller y comenzó a realizar las tareas que le correspondían.