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Paso a paso: así operan los estafadores por llamadas de WhatsApp

Fingiendo ser de alguna cadena de supermercados, aseguran tener un premio en órdenes de compra y efectivo, pero buscan acceder a las cuentas de la víctima

Por Redacción

30 de diciembre, 2022 - 20:39

Una vieja y conocida modalidad de estafa virtual está volviendo a causar desconcierto y dolor en nuevas víctimas que caen en las garras de estos ladrones. Se trata de llamados sorpresa a través de WhatsApp, en los que se aprovecha la época de fiestas y la falta de dinero para vender el engaño.

A través de un sencillo relato, los ladrones terminan controlando el celular de la víctima, vaciando sus cuentas digitales e incluso sacando préstamos, de ser posible, arrasando con todo a su paso.

Las estafas virtuales se aprovechan principalmente del factor humano: es mucho más sencillo robar donde la propia víctima abre la caja fuerte y deja ingresar a los ladrones, que donde es necesario forzar alguna cerradura. ¿Lo bueno de esto? Que para evitar caer en la estafa, basta saber cómo cerrarles la puerta en la cara a los estafadores. 

En esta nota, te enseñamos cómo funciona la estafa de las llamadas por WhatsApp anunciando que "se han ganado un premio en algún supermercado", donde supuestamente les entregarán órdenes de compra y dinero en efectivo.

Paso 1: la llamada pescadora

Todo comienza con un mensaje a través de WhatsApp en el que los estafadores aseguran comunicarse desde una cadena de supermercados. "Te viste seleccionado en el sorteo y ganaste 30.000 pesos en órdenes de compra y 50.000 en efectivo", aseguran.

La víctima, desprevenida, activa la trampa al contestar este mensaje, aún sabiendo que no ha participado de ningún sorteo. Si responde, le realizan una llamada por WhatsApp desde el mismo número, felicitándola y diciéndole que van a darle indicaciones para que pueda cobrar el dinero.

Paso 2: el espía saboteador

Las supuestas instrucciones incluyen pedir papeles y copias de documentos que en realidad nunca serán utilizados: lo que al estafador le importa en ese momento es tomar control de manera remota del celular de la víctima.

Para esto, le dicen a la persona engañada que debe descargar una aplicación en la que podrá acreditar su premio. Lo que pocos saben es que se trata de una app utilizada para controlar el smartphone desde lejos.

Una vez instalado este programa, le piden que envíe "un código para acreditar el premio". Este número, en realidad, le da al estafador control absoluto del celular de la víctima.

Paso 3: la aspiradora

Los primeros blancos que suelen atacar los estafadores son las billeteras virtuales: dinero que se encuentre ahí, dinero que se llevan. Luego intentan sacar créditos, ya sea en estas aplicaciones como en las cuentas bancarias. 

El objetivo en este punto es reunir todo el dinero posible a nombre de la víctima para luego enviarla a otra cuenta y desaparecer. Mientras tanto, si la persona que está sufriendo la estafa sigue desprevenida, solo puede ver cómo sus ingresos van desapareciendo frente a sus ojos.

En este punto, como la víctima ya sospecha que algo extraño está ocurriendo, el estafador suele intentar contenerla asegurando que  si estuviese ocurriendo algo delictivo, habrían cortado la llamada al ser descubiertos. Sin embargo, ocurren todo lo contrario: buscan mantener la conexión para poder seguir urgando en los bolsillos virtuales.

En primera persona

Una mujer de Mendoza que sufrió esta misma modalidad de estafa esta semana relató que "entró como caballito" porque había cancelado las tarjetas del banco y le dijeron que el premio era por su buen historial crediticio.

Una vez establecido el vínculo de control remoto, le pidieron que revisara su saldo en mercadocrédito. Allí, la víctima vio cómo su dinero comenzaba a irse mientras el celular "se movía solo".

"Me repetían que me quedara tranquila. El teléfono se manejaba solo, yo no tocaba nada: se hacían transferencias y hasta una simulación de préstamo", contó.

En ese momento, la mujer entendió lo que estaba ocurriendo y logró cortar la comunicación. Desconociendo si los ladrones tenían más datos sobre ella o control sobre sus cuentas, se envió el dinero del préstamo que acababan de sacar en su nombre a otra cuenta. Además, dio de baja todas sus tarjetas.