Economía
El tipo de cambio oficial se encuentra en una posición similar a la de hace un año, cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI) le solicitó a Sergio Massa, en agosto, una devaluación del 22% para acceder a un desembolso de fondos. El entonces ministro de Economía y candidato presidencial del peronismo atribuyó su derrota en las elecciones, en parte, a esa medida. A pesar de que el dólar mayorista actual alcanza los $953, la inflación erosionó el aumento de competitividad económica generado por ese ajuste, y se prevé que en pocas semanas se sitúe en niveles comparables a los de agosto de 2023.
Massa cree que ese salto cambiario le pudo costar la Presidencia. Tras la suba del dólar (en aquel momento a $360), hubo un fogonazo inflacionario, solo parcialmente compensado con medidas de impulso al consumo, resumidas peyorativamente por la oposición de entonces como "plan platita".
Sin embargo, a diferencia de la postura adoptada en el pasado, la administración actual, encabezada por Luis Caputo, no contempla una nueva devaluación. El FMI manifestó su preocupación por la falta de acumulación de reservas y el fortalecimiento del peso, pero Caputo no se enfrenta a la misma necesidad de un acuerdo con el organismo que tuvo Massa. En cambio, el enfoque del ministro se centra en instar a las empresas a mejorar su competitividad mediante la reducción de costos, acompañado de una disposición gubernamental a revisar regulaciones que incrementen innecesariamente los gastos empresariales.
Caputo fue claro en su mensaje hacia las empresas, tanto en privado como públicamente. En un reciente posteo en la red social X, anunció la reducción del impuesto PAIS y subrayó la importancia de que los sectores beneficiados reflejen esta disminución en una baja de precios. Para el ministro, es crucial recuperar la confianza de la sociedad, no solo en el gobierno, sino también en el sector empresarial, que ha sido criticado por aprovecharse de las medidas fiscales.
El Gobierno se concentra en reducir la inflación, con el objetivo de que el índice de precios baje al 3% en septiembre, y que la inflación núcleo sea aún menor. Este enfoque busca demostrar que se trata de un plan de estabilización sólido, que eliminaría la necesidad de una futura devaluación. No obstante, hay analistas de diferentes vertientes que advierten que la inflación, a fuerza de precios regulados, no bajará del 4%.
Para lograrlo, es esencial que la inflación se ajuste al "crawling peg" del 2% mensual, evitando así que el tipo de cambio se retrase. Aunque el Gobierno no lo ha declarado abiertamente, hay indicios de que el tipo de cambio actual está más rezagado de lo que se desearía. De lo contrario, ya se habría eliminado el impuesto PAIS sobre la importación de servicios, que aún se mantiene en un 17,5%. Además, el "dólar tarjeta" para turistas que viajan al extranjero sigue siendo elevado, superando los $1.500 debido a los impuestos adicionales.
En cuanto al dólar, Caputo confía en que, con la brecha cambiaria bajo control y una menor presión impositiva sobre las empresas, los precios deberían estabilizarse. De hecho, la semana comenzó en línea con estas expectativas, coincidiendo con el feriado en los Estados Unidos.
El dólar CCL inició la semana en su valor "real" más bajo de los últimos cinco años, similar al nivel de $45 que tenía en agosto de 2019, antes de las elecciones PASO que llevaron a la victoria a la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Ajustado por la inflación, ese valor de 2019 es equivalente a los $1.290 actuales, según el economista Salvador Vitelli.
Durante la última administración peronista, el mercado cambiario experimentó una gran volatilidad, especialmente en 2020, cuando la brecha cambiaria se amplió y el "contado con liqui" llegó a valores cercanos a $3.000 en términos de hoy.
Con información de iProfesional