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Economía argentina: signos de desaceleración en agosto

Los indicadores del octavo mes del año resultan peores que los de julio.

Redacción

Por Redacción

7 Septiembre de 2024 - 20:27

Tras varios meses de caída en la actividad económica, marzo mostró signos de recuperación que trajeron optimismo. No obstante, los buenos resultados de julio parecen ser solo un respiro momentáneo, ya que los primeros datos de agosto señalan una desaceleración en el crecimiento económico. Según la consultora Outlier, los indicadores iniciales del mes no permiten sostener la esperanza que había generado julio. En efecto, el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) reflejó una caída del 4,3% en comparación con agosto del año anterior, mostrando un freno en la recuperación.

Contrastes entre julio y agosto

Durante julio de 2024, el Indicador de Consumo (IC) de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) presentó un crecimiento del 1,8% respecto al mes anterior, en términos desestacionalizados. A pesar de una disminución interanual del 5,6%, esta baja se produjo a un ritmo más lento que en los meses previos, lo cual generó expectativas. El aumento mensual del consumo no se veía desde abril, mientras que la desaceleración en la contracción interanual llegó a niveles similares a los de mayo.

El IC, que mide el consumo de bienes y servicios finales, se comportó de manera más favorable en julio, acumulando una caída interanual del 6,2% en los primeros siete meses de 2024. Esta cifra es coherente con la tendencia de reducción del consumo observada desde comienzos de año, marcada por la pérdida de poder adquisitivo y la inflación.

Inflación y proyecciones del Banco Central

El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) realizado por el Banco Central proyecta una inflación del 3,9% para agosto, cuyo dato oficial se conocerá próximamente, y anticipa un 3,5% para septiembre. En términos anuales, la inflación estimada se sitúa en un 122,9%, lo que representa una reducción de 4,75 puntos porcentuales respecto a las proyecciones anteriores, lo que indica una moderación inflacionaria. Este escenario inflacionario, aunque todavía elevado, ha sido ligeramente más benigno en comparación con las previsiones anteriores, lo que podría estar relacionado con la estabilidad cambiaria y la política del Banco Central de mantener un tipo de cambio controlado.

Factores de desaceleración económica en agosto

El enfriamiento de la actividad económica en agosto se puede vincular a la baja inflación mensual registrada en julio, que fue del 4%, la más baja del año. Esta tendencia permitió una modesta recuperación del consumo desestacionalizado, un dato alentador que, de sostenerse, podría marcar una tendencia de crecimiento en los próximos meses. Sin embargo, el contexto sigue siendo desafiante. A pesar de la estabilidad cambiaria que ofrece el esquema de crawling peg—una política que ajusta gradualmente el tipo de cambio para evitar devaluaciones bruscas—, persisten dificultades, como el impacto que tendrán las tarifas y subsidios a los servicios públicos en el corto plazo.

Análisis sectorial: caídas y excepciones

Al desglosar los sectores de la economía, se observa que la mayoría experimentó caídas interanuales en agosto comparado con julio de 2023. Por ejemplo, el sector de indumentaria y calzado registró una disminución del 19,1%, contribuyendo con un 1,2% a la contracción del IC. Este comportamiento se explica en gran medida por la postergación de compras no esenciales, en un contexto donde los hogares sufren la erosión de su poder adquisitivo. Sin embargo, este descenso fue más moderado que en meses anteriores, lo cual podría señalar una lenta recuperación del sector.

El rubro de transporte y vehículos también sufrió una baja interanual del 8,9%, lo que contribuyó con un 1,1% a la disminución general del IC. Esto se debió, en parte, a la contracción del ingreso real y la menor demanda de combustibles. Por su parte, recreación y cultura mostró una contracción aún mayor, del 19,7%, con un impacto negativo de 2 puntos porcentuales en el IC, reflejando el ajuste en el consumo de productos y servicios relacionados con el ocio.

Sectores que resisten

No todos los sectores enfrentaron un escenario negativo. Vivienda, alquileres y servicios públicos, por ejemplo, registraron un crecimiento interanual del 2,9%, impulsado en gran medida por el aumento en la demanda de energía eléctrica. Este comportamiento se destaca en un contexto donde la mayoría de los rubros enfrentaron caídas significativas.

En conjunto, los sectores restantes experimentaron una contracción del 3,5% interanual, ubicándose ligeramente por debajo de los niveles previos a la pandemia. Esto sugiere que, aunque algunos rubros aún muestran signos de deterioro, otros están comenzando a estabilizarse o incluso a revertir la tendencia negativa. El desafío para los próximos meses será mantener esta frágil recuperación en medio de un panorama económico que sigue siendo incierto.