Copa Libertadores
San Lorenzo mereció mejor suerte en la serie ante el Atlético Mineiro. El Ciclón se plantó con una buena postura, tratando de priorizar la presión y no quedar mal parado ante un elenco brasileño que en los dos partidos fue superado, pero que tanto en el Nuevo Gasómetro como en el Mineirao, aprovechó las pocas situaciones que tuvo a lo largo de los 180 minutos.
Algunos acercamientos tuvo el local pero sin tanto peligro. San Lorenzo lo aguantó muy bien, manteniendo el planteo inicial y tratando de no desesperarse.
Por eso, tuvo la más clara del primer tiempo, con el remate de Iván Leguizamón que se estrelló en el travesaño. En el rebote, Matías Reali volvió a rematar y se le fue ancha.
Ya en el adicional, Mineiro tuvo su ocasión para irse al entretiempo en ventaja. Deyverson apareció solo y cabeceó un rebote pero se le fue desviada. Así, San Lorenzo y Mineiro se fueron al entretiempo pero con el conjunto argentino más conforme y con mejor semblante.
Ya en los segundos 45', el Ciclón aguantó los primeros acercamientos de los brasileños y mantuvo su buen papel. Cinco minutos después, vino una polémica falta sobre Tripichio que el árbitro sacó amarilla y todo San Lorenzo reclamó la roja sobre el mediocampo Galo.
En el mejor momento de San Lorenzo, llegó el gol de Mineiro. Minutos antes, Cuello tuvo un mano a mano que tapó Everson. A los 63', Battaglia se escapó de la marca de Tripichio y le puso la cabeza al centro para poner 1 a 0 arriba.
Luego del gol, San Lorenzo fue en busca del empate rápidamente. Sin embargo, el partido se vio interrumpido por la violencia policial hacia los hinchas azulgranas, que fueron golpeados y atacados con gases lacrimogenos, que hicieron eco en los jugadores.
Tras la reanudación, con los diez minutos adicionales, el marcador no se modificó.
Pese a ser superior, el Ciclón de Romagnoli se quedó con las manos vacías ante un Mineiro que pese a su pobre muestra sigue adelante. Cosas del fútbol.