Liga profesional de fútbol

En un final para el infarto, River se llevó la victoria en la Bombonera

El Millonario superó al Xeneize, que se fue silbado por su público

Por Lucas Gatti

21 Septiembre de 2024 - 18:11

En un superclásico primaveral, River Plate pisó fuerte en La Bombonera con un planteo muy inteligente, pensado por Marcelo Gallardo, y le ganó a Boca por 1-0 con el tanto de Manuel Lanzini, la figura del partido.

Un espectáculo único

En la previa, se vivió una fiesta con banderines, globos azules y amarillos, fuegos artificiales y un recibimiento especial para el dueño de casa con banderas, papelitos blancos y con tres telones con las frases "El único grande",  "Jugador Número 12" y "La 12 Vive". En total, un cotillón valuado en 100 millones de pesos para adornar uno de los partidos más importantes del mundo. No faltaron los clásicos cánticos recordando el descenso millonario en el 2011. Pero River plantó la flor más hermosa y se adueñó del Superclásico.

Por primera vez en el segundo ciclo de Marcelo Gallardo como DT de River, alineó un equipo con cinco defensores, tres mediocampistas y dos delanteros, un mix de titulares y suplentes. Boca, por su parte, se paró con un clásico cuatro defensores, misma cantidad de mediocampistas y dos delanteros, a pesar de las dudas de su técnico Diego Martínez durante la semana.

Dominio desde un principio

A los 45 segundos, el árbitro Nicolas Ramírez ya mostró personalidad y en la primera jugada le sacó cartón amarillo a Federico Gattoni, que fue fuerte contra Edinson Cavani. De entrada, se notaba que iba a darse un juego friccionado y con el cuchillo entre los dientes. El local tomó la iniciativa en campo rival, pero la visita atacó por las bandas con las subidas de Bustos y Enzo Díaz.

El local arrancó perdido, no entró en juego Medina y no fluía el juego en la mitad de cancha. River, por su parte, se posicionó mejor en la cancha, fue más directo y jugaba por las bandas, dependía mucho de la participación de Lanzini que tenía buenas apariciones. La primera ocasión clara de la visita fue un disparo de Fonseca que hizo reaccionar a Chiquito Romero.

En el primer cuarto de partido, River fue mejor que Boca. Fue así como a los 19`, en una contra letal, Lanzini abrió el marcador, tras una jugada de Colidio que definió ante la salida de Romero. El rebote le quedó servido al 10 para que defina frente al arco que da de espaldas a Riachuelo. En esa jugada, el local quedó mal parado en la mitad de cancha, soportó la presión de los delanteros riverplatenses y Miramón perdió el duelo con el autor del gol que llegó a definir con comodidad.

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Con el 1-0, Boca se desarmó aún más y River se agrandó, estando más cerca del segundo que el dueño de casa del empate. El local no tenía juego con los mediocampistas y cometía errores en defensa, como el cabezazo que Rojo dio hacia atrás que habilitó a Colidio para estirar la diferencia, pero lo salvó Romero. 

La estrategia del Millonario fue esperar en su campo para salir de contragolpe y aprovechar, además, los horrores de Boca en defensa. Jugó muy bien el primer tiempo de la mano de Lanzini, con mucha determinación en cada disputa de la pelota se plantó en La Bombonera.

El equipo de Martínez, muy apático y desorientado, no encontró los caminos para atacar. No tuvo una situación clara de gol ni generó jugadas colectivas para lastimar al arquero de Armani, que fue un espectador de lujo. No se complementaron bien Pol Fernández y Miramón, y dejaron un hueco grande en la zona del volante central que aprovechaba Lanzini para manejar los hilos de la ofensiva. Boca pasó vergüenza los primeros 45 minutos. El equipo se fue al vestuario reprobado y silbado.

Los cambios no cambiaron nada

En el entretiempo, los entrenadores metieron mano en sus equipos. German Pezzella reemplazó a Gattoni, amonestado en la primera parte, y Exequiel Zeballos entró por Miramón. Pol Fernández se ubicó de volante central y el local quedó con tres delanteros: el Changuito, Cavani y Merentiel.

La primera polémica de la tarde fue una falta fuerte de Fonseca sobre Zenon que era para roja. Ramírez dejó seguir y el VAR con Héctor Paletta como encargado no llamó al juez principal para que revisara la jugada.

A los 55´, Gallardo hizo dos cambios más. Miguel Borja y Nacho Fernández por Bareiro y Simón. El juego del delantero paraguayo fue de menor a mayor. En cambio, el mediocampista surgido de la cantera millonaria fue una de las figuras de River junto a Manu Lanzini y Colidio.

De a poco fue mejorando el local sin lucidez, Empujado por su gente y por inercia iba en busca del empate. Levantó Zenon su nivel y tuvo situaciones de gol, como un tiro libre que ejecutó con zurda a las manos de Armani. Milton Giménez ingresó por Cavani que no participó del juego. Boca iba a los tumbos y un zurdazo de Advíncula que estrelló en el travesaño despertó al público boquense.

River, por su parte, bajó su nivel y le entregó la pelota a su rival, pero quedó bien parado en defensa y en la mitad de cancha para apelar a la contra. A esa altura, Rojo jugaba regalado, ya que tenía una amarilla y hacía faltas seguidas que merecían otro cartón amarillo. Acto seguido, Anselmino entró por él, Marcos Acuña por Lanzini, lesionado, y Colidio le dejó su lugar a Franco Mastantuono. 

Sobre el final ingresaron Juan Barinaga y Milton Delgado por Advíncula y Pol Fernández. En la última jugada del partido, Giménez convirtió con una definición que primero pegó en la cabeza y luego en su mano derecha antes de ingresar. Pero a Ramírez lo llamaron del VAR para que revise la acción y anuló el gol. Luego, Lema fue expulsado por doble amarilla. 

No hubo tiempo para más. Los jugadores locales se fueron abucheados, silbados, insultados y agredidos con objetos contundentes, como hace tiempo no pasaba. Chiquito Romero se enojó y se terminó peleando con los plateistas.

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El River de Gallardo le ganó la partida de ajedrez al Boca de Martínez. Fue el mejor partido de River en este segundo ciclo del Muñeco y el peor del Xeneize en este segundo semestre de 2024, que no perdía en su casa desde la última vez que había recibido a su rival de toda la vida.