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Comienzos de la actividad turística en Mendoza

Con el Segundo Congreso Nacional de Turismo, realizado en nuestra provincia en  marzo de 1930, se inició  la “industria sin chimeneas” que le dio relevancia internacional

02 de mayo, 2022 - 07:41

La actividad turística local se remonta a varios años atrás, cuando se iniciaron las primeras excursiones a El Challao, que en ese momento era el lugar elegido por un grupo de la alta sociedad. 

Con el correr del tiempo, la revolución industrial, los adelantos tecnológicos que sufrió el transporte y los nuevos derechos sociales que incluyeron a los trabajadores a través de las vacaciones, esta “industria sin chimeneas” surgió en nuestra provincia como una de las más importantes del país.

 

Los europeos fueron los primeros

En Europa, a principios del siglo XIX los balnearios y las playas eran los destinos turísticos por excelencia. Aconsejados por los doctores, aristócratas y burgueses emprendían viajes a balnearios como el de la ciudad de Spa, en Bélgica, o como Vichy en Francia, para curarse de sus enfermedades, pues las aguas termales o las frías playas del Norte de Europa y del Canal de la Mancha eran muy buenas para la circulación y para las enfermedades de la piel. 

Los destinos de alta montaña, especialmente en Suiza y Austria, se hicieron muy famosos por las cualidades curativas que el aire puro tenía contra enfermedades como la tuberculosis. En estos balnearios y sanatorios se crearon entretenimientos y diversiones para los pacientes. 

Cabe destacar que el General San Martín, en los últimos años de su vida, visitaba los baños curativos en la entonces aldea de Enghien, muy cerca de París, en Francia.
Pasados unos años y habiéndose hecho famosos estos lugares, su clientela dejó de estar formada estrictamente por pacientes para convertirse en centros de reuniones sociales y, en general, turísticos.

 

Bañándose en el Challao

En Mendoza existen algunos documentos que datan desde mediados del siglo XVIII, en los que se menciona a las familias más acaudaladas e importantes funcionarios del Cabildo local que viajaban hacia El Challao para hacer turismo.

Con la llegada del ferrocarril, a fines del siglo XIX, se inició el turismo en nuestra provincia, lo que dio rápidamente origen a la promoción de los baños termales de El Borbollón, Villavicencio, Cacheuta y Puente de Inca para usos medicinales.

En poco tiempo nuestra provincia tuvo una gran afluencia de turistas que llegaban de todo el país, lo que atrajo la atención de varios empresarios para invertir en infraestructura en esos lugares. 
Así comenzaron a construirse importantes hoteles en estos cuatro lugares y puso a nuestra provincia, junto con Córdoba y Buenos Aires, entre las más trascendente a nivel turístico del país.

El hotel de Cacheuta fue un emblema de las vacaciones de la alta burguesía a comienzos del siglo XX

Un Gobierno con visión de futuro

En marzo de 1930 se realizó en nuestra provincia el Segundo Congreso Nacional de Turismo con la participación de delegados de todo el país, evento que fue inaugurado el día 22 y se prolongó hasta el 29. 

Entre los participantes se encontraban entidades como el Automóvil Club Argentino y el Touring Club, y en su transcurso se hicieron varios viajes a diferentes puntos de la provincia, se visitaron bodegas y se realizaron otras excursiones.

Durante el gobierno de Ricardo Videla (1932-1935) se inició un proyecto turístico-cultural relacionado con la ruta sanmartiniana por el camino de Uspallata. La idea era jalonar los lugares en donde acampó el Ejército de los Andes, pero por la crisis económica del año 1934, el proyecto se ejecutó a medias.

Después, en 1936, el gobernador Guillermo Cano, a través de su ministro de Industria y Obras Públicas Frank Romero Day, realizó promociones para desarrollar el turismo en el territorio mendocino. Uno de los más trascendentales eventos relacionados a la actividad fue la Fiesta de la Vendimia. Además se creó la Ley Nacional de Turismo y  por ende, la Dirección Provincial de Turismo.

 

El estado apuesta al turismo

Por aquella época, la flamante Dirección Provincial de Turismo realizó un plan estratégico para la promoción de esta industria. Entre otras acciones, estableció una sede en Buenos Aires para tal fin.

Desde el gobierno nacional se libraron fondos para construir y mejorar varias rutas del país, mientras que en nuestra provincia se construyeron obras como el hotel de Villavicencio –inaugurado por el gobernador Rodolfo Corominas Segura el 25 de noviembre de 1940– y el de Potrerillos años después. Además se puso en valor a varios atractivos históricos y de turismo aventura, como las expediciones al Aconcagua destacadas por aventureros de todo el mundo.

Con la llegada del presidente Juan Perón al gobierno y la estatización de los medios de transporte, el turismo tuvo un importante auge que quedó reflejado en nuestra provincia. 

En aquellos tiempos se plasmó un turismo más histórico al incluir lugares relacionados a la epopeya sanmartiniana, como Canota, Villavicencio, Picheuta y las Bóvedas de Uspallata, que fueron declaradas patrimonio nacional.

En los años 60 y 70 el turismo en Mendoza se incrementó al punto de ubicarse nuestra provincia entre las de mayor llegada de turistas a nivel interno y externo. 

Como consecuencia de ello, se construyeron lujosos hoteles como el Huentala y el Aconcagua, que se sumaron al antiguo Plaza Hotel, y también se reforzaron infraestructuras como la Terminal de Ómnibus. Además, crecieron las construcciones de diques como el Carrizal y varios de la zona Sur que sirvieron para atraer al turista local.